La apariencia de las cicatrices depende de muchos factores, por lo tanto los especialistas las clasifican por tipos para poder realizar los tratamientos correctivos más oportunos.
Entre los elementos más importantes para determinar dicha clasificación, son el tipo de:
Lesión o corte
Lugar del cuerpo donde se ha presentado
Dirección del corte
Factores del paciente como edad, tipo de piel y nutrición
Las cicatrices aparecen en cualquier parte del cuerpo y pueden ser:
Hundidas
Enrojecidas
Sensibles
Insensibles
Es común que la piel alrededor de la cicatriz presente un tono diferente al resto de la piel.
Según la profundidad o gravedad, las cicatrices son temporales o permanentes.
Cicatrices Queloides:
Son cicatrices abultadas que se producen por un crecimiento excesivo del tejido y se extiende a los tejidos sanos. Este tipo de cicatriz no mejora de forma natural, puede causar picazón y ardor.
Cicatrices Hipertróficas:
Este tipo de cicatriz presenta elevaciones rojizas que pueden causar picazón, producidas por el contacto de la piel con elementos extraños durante el proceso de cicatrización.
Estas cicatrices aparecen con un exceso de colágeno en la región de la herida, con elevaciones del tejido por encima de la superficie de la piel. Zonas de mucho movimiento o contacto externo como rodillas y codos tienen mayor tendencia a sufrir este tipo de problemas.
Cicatrices Atróficas:
Estas cicatrices se forman con un proceso de inflamación. Generalmente son producidas por acné, enfermedades (varicela, sífilis terciara, tuberculosis), accidentes o cirugías.
Una cicatriz atrófica es una cicatriz fina y arrugada, que se da por el rompimiento del tejido debido a un traumatismo o a un proceso inflamatorio.
Las cicatrices aparecen en cualquier parte del cuerpo y pueden ser hundidas, enrojecidas, dolorosas, abultadas, muy sensibles o insensibles.
Hay diferentes clases de cicatrices atróficas, según su forma, aspecto u origen, por lo que pueden agruparse de la siguiente manera:
Cicatrices superficiales: Se producen por lesiones pequeñas y se reparan prácticamente sin dejar ningún rastro. Eso sí, cuando en el proceso de cicatrización no hay suficientes fibras para reemplazar el tejido dañado, se forman hoyuelos.
Cicatrices profundas: Afectan la depresión de la piel y también se presentan en forma de un “agujero” en la piel. Se da con la pérdida de tejido en el lugar de la cicatriz.
Cicatrices post-acné: Son las más comunes de las cicatrices atróficas, provocadas por una falta de tejido. No pueden ser eliminadas con un tratamiento casero, por lo que un médico debe buscar el método más adecuado según el caso. En algunas situaciones se trata de cicatrices deprimidas, con gran pérdida de volumen y flacidez.
Cicatrices post-traumáticas: Son producidas por cortes, golpes y cualquier otro tipo de trauma contra la piel. Presentan un aspecto más irregular o más abultado.
Cicatrices post-operatorias: Este tipo de cicatriz se eleva, toma un color rojizo y causa síntomas parecidos a las cicatrices queloides. Si no se tratan de forma correcta, pueden empeorar, por lo que debe adoptarse un tratamiento desde las primeras fases del proceso de cicatrización.