Todas las cirugías plásticas requieren de un Cirujano Plástico certificado, que esté acompañado de un gran equipo de anestesistas, enfermeros y auxiliares.
No obstante, si hay una intervención de Cirugía Plástica en la que el cirujano deba contar con gran experiencia es sin duda en la de aumento de glúteo.
La Gluteoplastia es una intervención técnicamente sencilla, pero que requiere de cirujanos con pericia que realicen un excelente trabajo quirúrgico.
Los pacientes que buscan un aumento de glúteo suelen estar insatisfechos con alguno (o todos) de estos aspectos:
Volumen: generalmente son glúteos reducidos o con una distribución poco adecuada de la grasa.
Firmeza: suelen presentar flacidez.
Tersura: aparecen “hoyitos” que son perceptibles incluso con la ropa puesta.
En cuanto al aumento de glúteos con prótesis, realizamos una incisión menor de 8cm en la región interglútea, separamos dos secciones del músculo glúteo mayor e insertamos en la sección más profunda el implante. La cicatriz queda oculta entre ambos glúteos y no se nota. Esta opción está más indicada para aquellas personas que deseen un aumento considerable de glúteos o que no dispongan de la cantidad suficiente de grasa propia.
Por otro lado, el paciente también puede optar al aumento de glúteos utilizando su propia grasa. Este procedimiento ofrece unos resultados excelentes para aquellas personas que presentan un trasero aplanado y descolgado (por ejemplo, personas con importantes pérdidas de peso). También, es recomendable para quienes buscan un aumento de glúteos moderado y que deseen eliminar grasa acumulado en otras partes del cuerpo en la misma operación.
Aunque es más versátil que el uso de la prótesis, pues podemos aplicar la grasa extraída mediante liposucción allí donde es necesaria, la remodelación del contorno mediante lipofilling presenta una limitación en cuanto a la proyección que puede alcanzarse. Por eso, el cirujano estudia cada caso particular, el punto de partida y el deseo de cada paciente.
AUMENTO DE GLÚTEOS MIXTO:
Así denominamos a la combinación de implantes con grasa autóloga. La demanda de esta cirugía ha crecido hasta en un 300% en los últimos años. Como técnica conjunta, es menos invasiva porque admite prótesis más pequeñas y la grasa autóloga es la que aporta volumen y equilibrio al resultado final.
La prótesis se introduce en la sección más profunda del músculo y la grasa infiltrada con lipofilling se coloca en un plano superficial. Como zona donante de grasa el cirujano puede elegir los flancos, los trocánteres o la cara interna de los muslos.
En cualquiera de los casos, el cirujano elegirá la mejor opción en función de los intereses, necesidades y características de cada paciente para que puedan obtener los resultados que buscan.
